el hijo que te lleva,
el tiempo compartido.
Un paseo tras la niebla:
entre hojas caídas del otoño
la mañana de invierno te concede
la brisa blanca, el frío que origina.
Ligero se respira lo vivido,
el trasluz de una pluma.
El aire a salvo.
Hacia adelante,
el día y tú,
sin más,
sin más,
profundidad concreta.
2 comentarios:
El aire a salvo: todo en orden. El poema proporciona energía para un invierno gélido. Gracias por los versos, Carlos
Gracias, Ramiro. Un mero apunte de un paseo por mi antiguo barrio en una muy rápida visita a Valladolid. La mala fama del frío es inmerecida. Nos renueva. Es el comienzo de lo que vendrá luego. Y una seña de la identidad de Castilla.
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