domingo, 25 de mayo de 2014

Un lugar de Sicilia

Frente a un tiempo superior al humano
los olivos vigilan unas ruinas antiguas.
Si alguien vivió aquí,
hubo risas y fruta,
tejidos con colores,
ojos de seducción, juegos de agua,
quedan en la nostalgia estas imágenes,
no en las piedras que vencen
con su calma dorada
la erosión y el verano.
Otra hoguera las cubre adentro de los ojos.
Entre flores silvestres y amapolas
el vibrar de una flauta agita tu memoria.
Te parece que llegas a un lugar que no cansa,
a un rumor que sucede.
Tantas noches de olvido
y el sol te reconoce.
  
  
* (Hacía días me venían recuerdos de un viaje a Sicilia de hace casi diez años: Monreal, Erice, Segesta, Agrigento, Siracusa, Noto, Ragusa, Taormina, Messina, Cefalú, Palermo, el Etna... Una isla demasiado grande para visitarla en una semana. Se necesita el doble. Mucho quedó sin ver o pasamos por allí sin descanso. De sus muchos enclaves clásicos, tomaron la palabra y vida estos restos que aquí retrato. Más que yo, fueron ellos quienes hablaron y me eligieron. Alguna vez sucede: hay lugares que nos esperan para contarnos algo.)
  

domingo, 18 de mayo de 2014

Linde

Te vi,
pasé contigo lentas, hondas tardes,
la luz fue sorprendida
palabra, imagen, noche.
 
Y un día frente al mar, donde el sol nace,
volverte a requerir
para que nunca
el tiempo que aniquila te despoje.

 
* (De mi primera estancia mallorquina rescato este poema recogido en el cuadernillo Imágenes, encuentros que de este modo sigo proporcionando en el blog su acceso completo a él.  La frescura y belleza de estas palabras me trasladan a un estado y lugar de la inocencia, posible y recreado sólo en ellas. Que a la vez son luces y contornos intactos en la realidad y la memoria.)
 

lunes, 5 de mayo de 2014

Tentativa

Hay dos tiempos en la creación: el de la voz y el de la escucha. Lo ideal sería más bien su cercanía. Pero esta nunca ha faltado. La del primer lector que era uno mismo. No hay palabra que importe o se mantenga sin haber sido verdadero espejo antes de darla. Y por lo tanto, transmita una mirada.
 
O se convierta en ella.
 
Sin que nada arrastrara de nuestra densa circunstancia. Más bien, la claridad de lo que empieza, la invitación a lo que asoma en sus múltiples formas.