miércoles, 29 de diciembre de 2010

Fragmento

Brota la mies donde la soledad habita,
hay una cicatriz que cura
y la vida, ilegible, nos sucede:
la imperfección de la belleza.
  
  
* (Quiero cerrar el año con mi recuerdo a Jordi Gual (1964-2008), que vivió aquí, en el corazón de Mallorca, cercano a la sabiduría de la ternura, y de quien guardo esa disposición a salvar la ternura de la sabiduría, la misma que recibo en el reflejo de los hombres (y mujeres) intermitentes, esos cuyo nombre de amigo se pronuncia bondad. Y ahora que empieza el 2011, este blog, que es una isla abierta, invita a esta canción.)
  
Aquí, la lletra de la cançó, en català i traduïda.

sábado, 25 de diciembre de 2010

Tiempo blanco

Con el aliento,
delante del invierno
atravesándolo.

Caen los copos,
y su vuelo desciende
hasta cubrirnos. 

Vence la noche
al tiempo de lo adverso
al pie de un árbol.

Hielo y olvido
en el amplio paisaje
antes del sueño.
  

martes, 21 de diciembre de 2010

Confianza

Los días en los que pensamos que la vida en gran parte ya se nos ha ido (y es materia de olvido o ruina para el recuerdo) y cuando reconocemos esa relativa derrota de la fugacidad de los años, compensa el sereno placer de contemplarla y dirigirla desde la lucidez que sustenta la perseverancia del viaje hacia un secreto puerto, así como no importan el vacío y las máscaras cotidianas, incluso las más íntimas, que saludamos sin remedio a diario.
  

viernes, 17 de diciembre de 2010

Luar

Siento mis ojos tristes
mientras están cerrados.

Al abrirlos,
quisiera responder a todo lo que he visto.

Y de nuevo al cerrarlos
estremece el silencio donde se ovilla el mundo.

Ese mismo silencio anterior a mis ojos
e interno de los sueños.

Silencio que es desierto
hasta que mana en fuente.
 

viernes, 10 de diciembre de 2010

Intemperie

Frente al espacio, todo lo que no
ocupa su sitio.
Elevación y hueco
confundidos, distintos.
                                      ¿Un río
para la voz,
                    un roce áspero?
Hogar del tacto tú,
                                una huella, el desierto,
allí donde
un ser acoge próximo su despojo de siglos,
tarda en mirar los ojos que rodean sus pasos, 
y un momento sostiene
                                        la luz que nombra el mundo.
  
  
* (Este poema apareció en un catálogo para una exposición 'Contra el Racismo' celebrada en Cáceres en 1997 en la que participé por una invitación recibida en aquellos tres años en que estuve destinado en Jaraíz de la Vera y numerosas veces se me llamó para participar en encuentros, proyectos o lecturas. Al repasar los nombres de los autores, el libro es una sucesión afortunada de amigos y otros escritores que llevaría bastantes líneas mencionarlos. Claro signo de la amistad y consideración que casi siempre he encontrado en Extremadura, de cuyo acogimiento e iniciativas he disfrutado en cualquiera de mis tres estancias. El poema aparece ahora con un título que entonces no tenía, y sin embargo, necesario.)
  

viernes, 3 de diciembre de 2010

La mirada de nieve

Ese temor, tu voz, la dulce calma;
la plaza en soledad,
la nieve íntima.
La mano que en mí ardió
y, en transparencia,
formó para tus labios
su bahía.
Noche por la que huir, el mar, el canto.


              *    *    *    *    *


Música era tu voz aun siendo grito,
alba temida, noche no llegada.

Una hoja mecida por tus labios
cúpula dio al placer, eco al vacío.

Sólo el aire guardó huella de un cuerpo
claro como la luz, fugaz, no triste.
  
  
* (En aquella primavera de 1989, con una afortunada portada blanca y el título en letras verdes, -tal vez lo mejor de un cuidado editorial que en su interior mostraba pequeños atropellos, esos que al autor le lastran para siempre por una incuria, las erratas, que costó desterrar en aquel tiempo-, vio la luz en Badajoz un libro reciente, de rincones urbanos, invernal, de una ciudad del norte, estilizado, y capaz de una memoria íntima, rauda y sutil como los sueños. Una de sus dos citas iniciales hablaba ya de ello: "algas de colores bajo el agua mansa". En la fugacidad de lo más bello y su goce, la imagen seductora de la muerte, el placer y sus límites. En página aparte dejo una reflexión de entonces sobre los propósitos de su escritura. Hoy lo he releído con sus luces y fragilidades, recibiendo de vuelta el sabor de sus logros y sus interrupciones. ¿Y quién sería ahora el artesano para detalles mínimos de hace 25 años? También he sentido el deseo de haber escrito más veces de ese modo, es decir, de reconocerme en la forma que cuidaba esas voces. Me quedó la memoria de un invierno entre nieblas con la suave constancia de saber cómo el agua que roza siempre corre.)
 

jueves, 25 de noviembre de 2010

Invitación al alba

                          a Ángel Campos Pámpano
  
Sobresalta tu ausencia.
A veces las palabras
rescatan la memoria,
señalan una búsqueda,
una tensión; descifran
la huella que nombraba
la nebulosa forma de la vida.
En mi espalda una herida
me ajena, tu carencia
que desvela la mía,
una espada que corta,
un sueño que golpea.
Lo que nadie esperaba
-la vida de otro modo-
fue un sereno adentrarte
donde el aire no habita.
Otra vez no te vayas
y envuélvete en la luz de nuestros días.
  
    
* (Hoy, 25 de noviembre, es el segundo aniversario del fallecimiento de  Ángel Campos. Este poema escrito en los primeros días de diciembre de aquel 2008 conjuraba ese impacto. Sigo pensando lo que hace un año dije en un blog amigo, Pura Tura: "La ausencia se resiste al olvido o la nada. Lo que fue adquiere esa clara entidad ajena a la erosión de la ignorancia." En este mismo blog, Miguel Ángel Lama tuvo a bien acogerme un escrito que ahora rescato. Otros muchos describieron en esos días desapacibles la destemplanza de su falta. Tuvimos la convicción de que supo hacer sencillo lo que apreciamos como grande. Y que era enorme lo que con él literaria y humanamente despedimos. Recuerdo la necrológica para Abc de Álvaro Valverde, o los poemas de Jorge Riechmann y de Basilio Sánchez recogidos en su blog. Fueron llegando luego otros, recopilados junto a semblanzas y análisis en algunas revistas y separatas de homenaje. Es verdad que su inesperada muerte no dejó a nadie que le trató (el poeta y traductor, el editor, el profesor, el amigo) indiferente. Hace dos días recibí un último e insospechado escalofrío. Pedí un favor a alguien que me había dejado aquí un comentario, Mamen Alegre, y en su contestación leo: "A Ángel Campos lo conocí en primera persona a través de las pruebas que necesitó en mi lugar de trabajo. Él murió antes de que yo lo leyera. Soy enfermera del servicio de Radiodiagnóstico del HIC de Badajoz." Me quedé sobrecogido y agradezco de corazón estas palabras de alguien capaz de estar ahí en ese momento decisivo con todo el tacto y elegancia que nos consuela al revivirlo.)
  

viernes, 19 de noviembre de 2010

La luz, la sombra

El dolor es la señal más decisiva de cada persona porque ahí donde cada uno no es, es el lugar donde más se realiza, lo que culminaría su luz, donde fluiría su existencia, y al no darse, la herida habla de la necesidad de entender esa carencia, de ser posible lo que aspiras.
 

viernes, 12 de noviembre de 2010

Dolor

Dolor,
luciérnaga apagada
que enraízas
más que la soledad
o lo que aterra,
por qué, si nunca cesas,
un helecho de paz
ni ya me otorgas;
tu boca sucia en mí,
losa tan ínfima.
  
   
* (En el momento en que escribí este poema me propuse explorar el territorio de la no realización y del sufrimiento tan constante en el paso de nuestra existencia. Hube de dejarlo pronto porque su escritura -para nada retórica- reavivaba en mí entonces unas raíces demasiado fuertes o heridas no resueltas. Acudí a la lectura del libro Dolor de Vladimir Holan, de quien había oído hablar fervorosamente en una lectura de su obra en Valladolid a su traductora Clara Janés. Sin disponer del libro a mano, dejo una cita suya tal como la guardé y cuya sabiduría me ha acompañado cuando he tenido que atravesar periodos en los que presidía este estado: "El dolor (...) es siempre mayor que el hombre, y sin embargo tiene que caberle en el corazón." Son palabras que seguramente acompañarán a otros que quieran comprender la travesía de estos inevitables momentos.)
 

jueves, 4 de noviembre de 2010

Poética (de los días felices)

                          I
 
Ser
Silencio
Siempre

 
y un día
el ave se levanta de su centro.

 
                         II

 
Como un niño en su asombro

 
el mundo en tu mirada

 
ante la sed que sacia,
sabiduría que siente.

 

sábado, 30 de octubre de 2010

De las proyecciones de la escritura

De una carta reciente: A veces he escrito para vivir y, después de todo, he vivido porque he escrito.

En principio cuando sólo era posible vivir de este modo. Y desde siempre, porque en el folio se adensaba el rostro vislumbrado que se nos escapaba en la vida. 

Al fin y al cabo, escribimos para dejar a salvo el reflejo mejor de lo vivido y, al hacerlo, mantener su destello.
 

lunes, 25 de octubre de 2010

Dos jaiquillas

Bajo la luna
una flor de silencio
te concite.
 
 
Qué laberinto el aire
del ave estremecida
ante la noche.
 
  

* (Cuando por invitación de Ángel Campos recopilé para 'La Centena' aquel conjunto de poemas breves cercanos muchos de ellos al haiku titulado A lo breve, no sé por qué quedaron fuera un grupo de ellos que, al tropezármelos no hace mucho, me demostraron guardar tanto valor como el de los que aparecieron impresos. Cabe al menos rescatarlos de ese olvido porque son parte digna del impulso de aquel cuaderno poético.)
  

jueves, 21 de octubre de 2010

Antes de anochecer

¡Quién no daría media vida a cambio del reflejo de un azumbre de inteligencia! Y después, tener el arrojo de renunciar a toda su aparente grandeza por unas horas suficientes de paz en medio de la nada y de nada, perdido el vértigo de atesorar los secretos que en vano evitan el declive y fulgor de nuestros días. Pero ¡qué hermoso el canto de las sirenas reflejado en los ojos de quien sostuvo el deseo de mirarlas y sus horas de travesía así por él surcadas!
 

sábado, 16 de octubre de 2010

En el parque

La suavidad con la que un niño confunde su pulgar con el meñique del guante y se deja ayudar es la misma de este sol vespertino del otoño que intermitentemente templa unos segundos entre nubes y alienta, en una tarde húmeda, intacta pero frágil para quien, si respira, cansa el hilo de vida que le queda y la piedra en la espalda cuya sombra no deja de apartar.
 

miércoles, 13 de octubre de 2010

Roce casi inmediato

Al hablar sin amor de cualquier cosa se amplifica la sensación de fatiga del mundo y del destierro insoportable de cruzarlo, de merecer haber nacido.

En cambio, en ese otro menos transitado modo de hablar en sintonía favorable de algo, toda la angustia y el abismo depositado sobre el pecho desde antiguo se dispone para ser removido, en principio desde la memoria del vértigo, y lo hace por la innata necesidad de aflorar a un cauce limpio de ser que, de tan maniatado, todavía es impreciso, pero no por ello menos salvífico, deseado e incesante que ese sabor adverso tantas veces hiriente del que hablamos.
 

domingo, 10 de octubre de 2010

Lo invisible

Cada muerte que sucede encierra mucha sabiduría de un ser que terrenalmente ya no puede expresarla. De ahí la conmoción en nuestras palabras de reconocimiento. Lo mejor de ellos debería de continuar, al menos para nosotros, en la vida. Sentimos esa necesidad de su riqueza en lo que falta. Y nos vienen palabras, formas, gestos.

En algunos momentos de sincronía extraña o ausencia irrebasable pareciera que quieren contarnos ciertas cosas que solamente caben en ojos insondables. La duda es si desean un roce de verdad con que tocar la tierra -y hacérnosla tocar como no hicimos nunca-, o desean traspasar la ligereza del aire y llevarnos más lejos. ¿Y si fuéramos sólo la memoria de ellos?
 

lunes, 4 de octubre de 2010

La frontera del agua

Hay palabras que sanan
de las que nadie se alejaría sin dejar de leerlas.
Y en un día de pronto
quedan también escritas.
La frontera del agua.
Un instante en que eres sólo parte de ellas
y tu mano disuelve
el temblor de una rama,
y la rama disuelve
el temblor del que vive.
 
 

* (Hay noticias como la de Miguel Ángel Velasco, que me llegó por Álvaro Valverde, amigo en cuya lectura hallo uno de mis remansos y de mis motivos -Rubén Darío dixit- cacereños. Luego, la vida aguarda su sentido, a una y otra orilla: el de llegar a vernos o encontrarnos, cada uno a sí mismo. Mientras tanto, cuántas veces la angustia entre días sencillos. Hubo un amigo del que aprendí que los inmortales eran tristes. Alguien tachó una línea: y que un día, felices, vencieron a la muerte. Aquí, una magnífica semblanza de José Carlos Llop.)
 

viernes, 1 de octubre de 2010

"Guerrillero rincón"

                                                                              Seréis,
                                                                              si no ceniza,
                                                                              ruinas
                                                                              (Ángel González)
  
Guerrillero rincón. Qué suburbio es octubre.
Labio de los abetos azotados
casi pluma, casi nunca verdor, casi tu nombre.
Todo ortiga sin luz acechando crepúsculo
- día ya es retorno:
de estrella a mediatarde -
por el licor de asombro de tus besos;
todo casi ciudad, casi abandono súbito.
Original fragmento,
iris de los refugios que se puebla
de submarinas yedras de tus ojos.
Alarido de paz que duélome entre nuncas,
participo y me alcanza en deleznable
escombro de tu siempre
que al menos no haga ausencia.
Barricada de estar
donde el pulso es metralla,
donde poder hablar en catarata
y cada vena es músculo de canción
por ti aferrado
o pócima de riesgo.
Tumefacta pared que nos soporta.
Su cenital ayer desmoronado
es cerco de nosotros.
 

lunes, 27 de septiembre de 2010

Suficiencia

nada tengo,
no busco, ni poseo,
me acerco a ti y alcanzo,
poco a poco te
siento, renace qué
que exalta,

ese silencio es,

vendrá después el tiempo,
el logos, nada...
 

martes, 21 de septiembre de 2010

ADN o el Todo

Un amigo me devuelve una carta donde los espacios en blanco se han convertido en ideogramas chinos.

Entonces, el vacío estaba escrito y tan sólo hacía falta unos ojos que supieran leerlo.
 

jueves, 16 de septiembre de 2010

Tantos años después

Cuerpo de la memoria,
fugacidad sentida, deleitada,
ánfora de la vida escalonada en música,
risa, iris, renacimiento y suma.
Mujer de tan hermosa
en danza tras la senda florida de sí misma.
 

sábado, 11 de septiembre de 2010

Alba nunca escrita

Esperarte.
Me creces en palabras.
Y hay un hueco en mi espalda
donde puedes
poner tu mano
e irte.
Me quedará,
perfil de mi palabra,
el roce de una espada,
luz sin límite.
 

lunes, 6 de septiembre de 2010

Desafío

Relámpago en la noche.
Si asumo ya el destierro,
tu enorme resplandor
¿a qué ha venido?
No abismes los despojos.
Monedas de la noche
cruzan bajo el silencio
la sed, grises.
 

viernes, 3 de septiembre de 2010

Ofrenda

No esperes nunca a que me vaya.
Lo que tenías para mí
dímelo en vida.
Son muy largas las horas donde la mano es fría.
 

jueves, 2 de septiembre de 2010

Arrojaré la flor

Arrojaré la flor
al paso del caballo
que reverdece con tu nombre.

No sé qué día volveremos.
 

miércoles, 1 de septiembre de 2010